El arte femenino de amamantar, LLL. Libro, México 2001
ISBN 968-860-355-4. Primera edición 20101. Ed. Pax México.
Dimensiones: 224 x 227 x 19 mm, 671 g.
Desde finales del siglo XIX y a lo largo del XX, médicos que escriben sobre lactancia, muchos de ellos profesores y catedráticos universitarios, y todos hombres, muestran un profundo desconocimiento de esa técnica ancestral de las mujeres; quizá no la han observado nunca, más preocupados por sus modificaciones de la leche de vaca como sustituto de la leche materna, y no se molestan en preguntar, ni siquiera a sus propias madres, cómo hicieron para amamantar y qué mañas tenían para resolver algún problema que se les pudiera plantear. Las mujeres no cuentan en ese relato fantasioso de la lactancia descrita por los hombres de ciencia.
La alimentación infantil, al igual que el parto y la crianza, fueron medicalizados a lo largo del siglo xx. La sabiduría atesorada por mujeres pasó a ser ciencia elaborada por hombres, que excluyeron a las mujeres de la comprensión de la misma. Lo que en esos textos de puericultura se dice de la alimentación es un trasunto de la cultura del biberón, entonces de escaso recorrido y que poco o nada tiene que ver con la de la lactancia. Realmente, con las instrucciones de esos manuales de puericultura del siglo XX no se puede amamantar; seguirlas aboca a un fracaso a corto plazo.
Tuvo que ser un libro escrito por mujeres que amamantaban el que trastocara por completo el paradigma erróneo transmitido por la ciencia médica; se trata de El arte femenino de amamantar, escrito en 1958 por un grupo de madres lactantes que dos años antes, en 1956 habían fundado en Chicago, Illinois La Liga de la Leche (La Leche League en inglés), hoy día la organización no sanitaria y sin ánimo de lucro de apoyo a la lactancia, más prestigiosa e importante del mundo con ayuda directa a mujeres por otras mujeres en casi todos los países del mundo.
A partir de este texto, que desmedicaliza la lactancia, los libros que se escriben sobre el tema mejoran de manera clara, pues lo que ahora se narra deja de entrar en conflicto manifiesto con las mejores prácticas para que una lactancia sea posible y satisfactoria para una madre y su bebé.
Este ejemplar perteneció a la biblioteca del Servicio de Pediatría del Hospital Marina Alta de Denia, que fue acreditado por la IHAN de OMS – UNICEF desde 1999 hasta su cierre en 2009 como Hospital Amigo de los Niños.
Desde finales del siglo XIX y a lo largo del XX, médicos que escriben sobre lactancia, muchos de ellos profesores y catedráticos universitarios, y todos hombres, muestran un profundo desconocimiento de esa técnica ancestral de las mujeres; quizá no la han observado nunca, más preocupados por sus modificaciones de la leche de vaca como sustituto de la leche materna, y no se molestan en preguntar, ni siquiera a sus propias madres, cómo hicieron para amamantar y qué mañas tenían para resolver algún problema que se les pudiera plantear. Las mujeres no cuentan en ese relato fantasioso de la lactancia descrita por los hombres de ciencia.
La alimentación infantil, al igual que el parto y la crianza, fueron medicalizados a lo largo del siglo xx. La sabiduría atesorada por mujeres pasó a ser ciencia elaborada por hombres, que excluyeron a las mujeres de la comprensión de la misma. Lo que en esos textos de puericultura se dice de la alimentación es un trasunto de la cultura del biberón, entonces de escaso recorrido y que poco o nada tiene que ver con la de la lactancia. Realmente, con las instrucciones de esos manuales de puericultura del siglo XX no se puede amamantar; seguirlas aboca a un fracaso a corto plazo.
Tuvo que ser un libro escrito por mujeres que amamantaban el que trastocara por completo el paradigma erróneo transmitido por la ciencia médica; se trata de El arte femenino de amamantar, escrito en 1958 por un grupo de madres lactantes que dos años antes, en 1956 habían fundado en Chicago, Illinois La Liga de la Leche (La Leche League en inglés), hoy día la organización no sanitaria y sin ánimo de lucro de apoyo a la lactancia, más prestigiosa e importante del mundo con ayuda directa a mujeres por otras mujeres en casi todos los países del mundo.
A partir de este texto, que desmedicaliza la lactancia, los libros que se escriben sobre el tema mejoran de manera clara, pues lo que ahora se narra deja de entrar en conflicto manifiesto con las mejores prácticas para que una lactancia sea posible y satisfactoria para una madre y su bebé.
Este ejemplar perteneció a la biblioteca del Servicio de Pediatría del Hospital Marina Alta de Denia, que fue acreditado por la IHAN de OMS – UNICEF desde 1999 hasta su cierre en 2009 como Hospital Amigo de los Niños.